martes, 24 de agosto de 2010

El conocimiento de la biología también es cultura

El conocimiento de la biología también es cultura
por JAIME GÓMEZ MÁRQUEZ

Desde el descubrimiento de la estructura del ADN, que fue uno de los hitos más trascendentales en la historia de la Ciencia, los avances en Biología han supuesto una impresionante revolución científica con notables implicaciones que afectan directamente al desarrollo y bienestar del conjunto de nuestra sociedad.
Términos y conceptos tan frecuentes como biodiversidad, ingeniería genética, metabolismo, ecología, acuicultura, genoma, anticuerpo, biotecnología o neurobiología, entre muchos otros, indican claramente el impacto y la relevancia de la Biología en nuestra vida. Hoy en día podemos decir que los avances de la Biología han trascendido desde el entorno exclusivo del estudioso o del investigador al ámbito de lo cotidiano.
No cabe duda de que cada vez es más importante que los ciudadanos entiendan algunos conceptos y mecanismos básicos de la Ciencia, en general, y de la Biología, en particular. Sin embargo, tengo la impresión de que en este país siguen teniendo vigencia todavía las palabras de Santiago Ramón y Cajal: "Al carro de la cultura española le falta la rueda de la ciencia".
Sin lugar a dudas, el conocimiento y la comprensión de los principios esenciales de la Biología ayudaría a nuestros conciudadanos tanto a valorar la implicación que tienen los avances científicos en su calidad de vida como a ser conscientes e incluso críticos con las consecuencias de los mismos.
Permítanme poner dos ejemplos muy diferentes que muestran con gran claridad la enorme importancia y trascendencia que supone el conocimiento de la Biología.
Recientemente se ha publicado la secuencia casi completa del genoma del ratón. A partir de hacerse público este importante descubrimiento, la pregunta que se pudieron hacer muchas personas fue la siguiente: ¿por qué puede ser importante para la investigación biomédica el conocimiento del genoma de un roedor?
La respuesta es muy sencilla: porque, entre otras muchas razones, el genoma del ratón ha resultado ser muy parecido al humano y, precisamente, la semejanza entre ambos genomas hará que este avance científico se convierta en una herramienta muy valiosa en la investigación biomédica.
Es decir, que empleando como modelo el genoma del ratón podremos progresar con mayor rapidez en el estudio de algunas enfermedades que afectan a los seres humanos, como el Alzheimer o el cáncer, y de algunos procesos fisiológicos como el envejecimiento.
APLICACIONES PRÁCTICAS. El otro ejemplo tiene relación con la reciente catástrofe ecológica ocasionada por el vertido del Prestige. Las investigaciones llevadas a cabo durante los últimos años sobre la flora y fauna de la costa gallega, incluidos los estudios sobre los ecosistemas afectados por anteriores mareas negras, serán muy importantes para la evaluación del impacto ecológico y el seguimiento de la recuperación de los diferentes ecosistemas dañados por el vertido del Prestige.
El imparable desarrollo de la Biología, además de ser enormemente beneficioso para el avance de la sociedad, también plantea nuevos interrogantes con implicaciones de carácter ético y, como no, social. Este hecho ha realzado más si cabe la importancia de la Bioética, un área de conocimiento que vincula estrechamente la Biología con las filosofías normativas -Ética, Derecho y Religión-.
El debate de todos los aspectos bioéticos es muy necesario e igualmente enriquecedor, pero siempre que se opine con fundamento, se escuchen las distintas visiones existentes sobre un mismo problema y se respeten los derechos humanos, así como a los otros seres vivos que pueblan nuestro planeta.
Independientemente de las convicciones personales, un requisito indispensable para que los ciudadanos puedan entender o incluso ser partícipes de este tipo de debates, como, por ejemplo, el uso de células madre embrionarias con fines terapéuticos, es que las personas posean una cierta cultura biológica.
MEDIOS DE COMUNICACIÓN. En muchos periódicos nacionales, las noticias de índole científico se reseñan en la sección de Sociedad y no en la sección de Cultura. Aunque a simple vista este hecho pueda parecer totalmente irrelevante, sí que ha de considerarse como un dato sintomático que se separe de esta forma lo científico de lo considerado como cultural.
Por otra parte, salvo algunas y honrosas excepciones, tanto en la televisión como en la radio y la prensa escrita se puede apreciar una enorme carencia de noticias estrechamente relacionadas con el mundo de la Ciencia y sus descubrimientos más recientes.
Podemos suponer que esto es así porque las personas huyen de las noticias científicas ya que aparentemente resultan muy complejas de entender.
Sin embargo, creo que si realmente queremos que haya un mayor interés por los conocimientos científicos en la sociedad hay que darles más difusión y protagonismo en los medios de comunicación. Esto, lógicamente, debe ir asociado a una presentación atractiva y una explicación clara, sencilla y rigurosa por parte de los medios. Por otra parte, en determinadas ocasiones, las noticias científicas son tratadas de forma sensacionalista, lo que resulta especialmente delicado en el caso de los avances relacionados con la Medicina porque pueden generar falsas expectativas.
Por ejemplo, cuando se descubrieron los primeros oncogenes humanos -genes directamente asociados con el desarrollo del cáncer-, algunos medios de comunicación se apresuraron a transmitir la sensación de que, a corto plazo, se podría llegar a encontrar una solución plenamente satisfactoria para determinados tipos de cáncer. Y lo hicieron a pesar de la prudencia manifestada desde el primer momento por los investigadores implicados directamente en este importante hallazgo.
EJERCICIO DE AUTOCRÍTICA. Finalmente, considero que es obligado hacer un ejercicio de autocrítica, ya que quizás uno de los defectos de la comunidad científica en su conjunto sea, precisamente, el de no saber transmitir a la sociedad en su conjunto la importancia, teórica y práctica, de la Ciencia.
Desde la escuela y la universidad, pero también desde los medios de comunicación, tenemos que trabajar para que los conceptos fundamentales de la Biología lleguen a formar parte del patrimonio cultural de nuestra sociedad en la que, desafortunadamente, a menudo lo accesorio tiene mucha más cobertura que lo esencial.
En mi opinión, la Cultura no debería pertenecer solamente al ámbito de las denominadas Letras o las Humanidades, sino que el conocimiento de la Biología también debería ser considerado como Cultura.
¿No sería interesante saber y llegar a comprender el significado de conceptos científicos como gen, biodiversidad, hormona, clonación o ecosistema? ¿No resultaría de gran utilidad para todos los ciudadanos poder conocer qué son los alimentos transgénicos y cuáles son las implicaciones de su producción y consumo? ¿No habría que desterrar para siempre errores aún muy comunes como son la creencia en la generación espontánea o la existencia del colesterol bueno y malo? ¿Unos conocimientos mínimos sobre Inmunología y Microbiología no facilitarían la educación sanitaria de la población en temas tan trascendentales para la salud pública como el sida, las vacas locas o el consumo de antibióticos? Estoy convencido de que si los ciudadanos supiésemos responder a todas éstas y a muchas otras preguntas seríamos un poco más cultos y, por lo tanto, bastante más libres. Desde la responsabilidad de cada uno, deberíamos trabajar para conseguir que la Biología y todas las Ciencias sean verdaderamente Cultura.
Jaime Gómez Márquez es decano de la Facultad de Biología de la Universidad de Santiago de Compostela.

1 comentario:

  1. que buenos pensamientos ojala hubiera personas con ese conocimiento y alegria de alma.
    Eduardo M.M

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