MI CONFRONTACIÓN CON LA DOCENCIA
Hola a todos. Les deseo una hermosa tarde.
Como ya he comentado con anterioridad, yo soy Químico Farmacéutico Biólogo, estudié en la Universidad Autónoma Metropolitana, en la unidad de Xochimilco (y yo vivo en la zona de Aragón), el enfoque que se maneja en esta unidad, que por cierto se fundamentó en un modelo pedagógico argentino, guía la formación de los profesionales futuros hacia dos ejes fundamentales: la producción, es decir, la industria; y la investigación (no se contempla la rama de análisis clínicos), en esta área centré mi interés personal, así que busqué insertarme en este campo, fui becaria en el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, colaboré en el Instituto de Cancerología y en el Cinvestav, donde inicié la maestría en Farmacología que no pude concluir, lamentablemente para mí no fui contratada aunque esperé un tiempo importante, ya sabemos que el presupuesto para investigadores y anexas está muy limitado.
Pero al mismo tiempo que inicié el estudio de la maestría, comencé a buscar la oportunidad de dar clases; fui aceptada en el Colegio de Bachilleres para impartir la materia de Química, pero al siguiente semestre me llamaron de una escuela de nueva creación para el Estado de México, el CECYTEM, cuando trabajaba ahí me llamaron de UNITEC casi al mismo tiempo que de la Preparatoria oficial de Nezahualcóyotl, escuela donde laboro desde entonces, las demás tuve que ir dejándolas conforme cambiaba de escuela.
Muchos investigadores también dan clases, así que para mí la docencia siempre estuvo a medio camino; sin embargo, el insertarme al cien por ciento cambió radicalmente mi perspectiva. De tener el concepto de la docencia como complemento a una práctica profesional, pasé a ver la urgencia de comunicar un cambio en la perspectiva de la Ciencia, acceder al conocimiento no tiene como objetivo único obtener un documento, sino adquirir las herramientas que nos hagan enfrentarnos al mundo. En especial durante la conformación de esta nación, aún tenemos una pobre concepción de lo que es el desarrollo económico, creemos que al obtener un empleo resolveremos nuestra vida, pero tenemos el compromiso actual de generar nuestras fuentes de ingreso y desarrollo, si no lo logramos a través del desarrollo de la ciencia y la tecnología deberá preocuparnos el producto que tendremos que vender.
La confrontación sin duda existió, pero a mí me parece peculiar que esta confrontación es más bien social, la sociedad en su conjunto es la que censura y critica que un egresado de universidades se “conforme” con dar clases; en varias ocasiones escuché la justificación de los otros como: “ni modo, de algo hay que trabajar” o “y algunos hasta de taxistas andan”; las perspectivas sobre el desarrollo son tan particulares que nunca se debería dar por sentado que se coarta el crecimiento del ser humano cuando la vida lo premia con exploraciones en otros caminos.
Estos catorce años dentro de la docencia, me han llevado al momento de conocer la palabras de Savater y comprenderlas en su integridad: “Quienes asumen que los maestros son algo así como <> deberían concluir entonces que la sociedad democrática en que vivimos es también un fracaso” (En el Valor de educar: 9).
Día a día cobra relevancia el reto de ir contra la corriente, la sociedad promueve valores de rapidez, facilidad y trivialidad; son estos valores en los cuales nuestros alumnos nadan, se sumergen y con mayor frecuencia naufragan. Cansado, hartante, fastidioso en ocasiones pero la única respuesta lógica es continuar, y afortunadamente los mismos adolescentes son quienes nos proveen el alimento para continuar en contra de la corriente y “aferrarnos” a ser profesores.
Ser docente, aunque pocos lo saben implica una elevada carga de responsabilidades, no sólo nuestra preparación está en juego, y es cuestionada a cada momento; nuestra personalidad está expuesta a las críticas de todo tipo y se hace necesario mantener un prestigio moral.
Toda satisfacción deriva del contacto constante con los estudiantes, pues a pesar de encontrar muchos obstáculos, como seres humanos que son y por la etapa de adolescentes que viven, son un material más maleable y de ellos fluye la necesidad del aprendizaje; pero casi toda fuente de insatisfacción la reconozco proveniente de las cuestiones administrativas, desde suspensiones de clase, interrupciones constantes a ella, carencia de recursos, malas instalaciones hasta las distracciones para cumplir con documentaciones, éstas en cada cambio, ajuste o reforma son más abundantes y contrario a reconocer y reforzar la tarea del profesor la disturban.